viernes, 25 de enero de 2008

Escenas

Claro. Porque usted, como yo, tuvo una suerte loca y casó bien. Porque -por lo que me dice- su suegra lo quiere a usted como a un hijo y su cuñado –por lo que me cuenta- no es un cuñado; es un amigo, un cómplice.
Por eso; por eso es por lo que no acaba usted de pillarle el punto a Escenas de Matrimonio. Porque usted me asegura que el roce hace el cariño y el amor se fortalece con la convivencia. Por eso, hombre de Dios, donde no hay más que una telecomedia usted se empeña en ver una tragedia; un drama que asoma ya en la pareja más joven, abocada –y eso le parece lo más triste- a seguir los derroteros de Natalio y Paca.
Por eso no acaba de coger del todo que una serie tan deslabazada desplazara de la parrilla a Cámara Café y que hasta los adolescentes –eso sí que es Educación para la Ciudadanía- comenten sus escenas en el recreo. En fin.

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